Todos los grandes acontecimientos suelen
coger a la gente desprevenida. Un día de primavera del
2020 se declaró en el mundo una situación de pánico
ante la amenaza que suponía el contagio de un peligroso
virus que dejó estupefactos a los científicos y
que obligó a la población a permanecer en su domicilio.
¿Cómo enfrentarse a una situación para la
que no se está preparado y que obliga a vivir en soledad
por un tiempo indefinido?
El paisajista y escritor Manuel Gómez Anuarbe relata en
este libro el proceso de transformación que experimento
en completa soledad hasta conseguir adaptarse al ritmo
del jardín y vivir esta experiencia insólita en
armonía.Para ello se inspiró en la alquimia, concretamente
en las distintas fases que hay que superar para conseguir el «oro
alquímico», sinónimo de la Sabiduría.
Gómez Anuarbe compartió su día a día
con las plantas, los pájaros, los peces del jardín
y los cuatro elementos esenciales, logrando que la soledad se
transformara en unión con la Naturaleza y que el miedo
desapareciese para convertirse en una forma de serenidad parecida
a la felicidad.
Manuel Gómez Anuarbe
Nació en Sarón (Cantabria). Estudió
bachillerato en el famoso y estricto colegio de Villacarriedo, Ciencias
Económicas en la Universidad Complutense de Madrid y Paisajismo
en la Escuela de Jardinería Castillo de Batres. Fue el fundador,
junto a Leandro Silva, de la Asociación de Amigos del Jardín
y del Paisaje.
A los 15 años convenció a sus padres para que le dejaran
estudiar en LAlliance Française de París y, a los
30, a las autoridades españoles para que le permitieran visitar
la Unión Soviética con un pasaporte especial y sin protección
diplomática.
Su primer empleo fue de colaborador del ministro en el Ministerio de
Industria en Madrid, mientras estudiaba inglés, italiano y árabe,
pero pronto abandonaría España para trabajar en la BBC
de Londres.
Después viviría en París y Nueva York como ejecutivo
de una empresa americana, encargado de la adquisición de nuevos
productos en Europa y América del Sur, lo que le permitiría
viajar por países del mundo entero.
Su paso por el Ejército de Regulares en Melilla como alférez
de las Milicias Universitarias le llevaría a viajar por Marruecos
y comenzar su carrera de arabista, años más tarde, por
Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Yemen, para acabar en la Universidad
Islámica en Riad, Arabia Saudí.
De nuevo en Europa, compartiría, durante dos años, sus
proyectos de paisajismo con un negocio de antigüedades de jardines
en Londres y Madrid, para posteriormente dedicarse exclusivamente al
paisajismo, colaborando con revistas especializadas, impartiendo conferencias
por todo el mundo, sobre todo en los centros del Instituto Cervantes.
Sus estudios de la lengua farsi le permitirían viajar por Irán
en repetidas ocasiones y dar una conferencia sobre jardines en esta
lengua en el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán.
Actualmente dedica su tiempo a escribir y a ocuparse de su propio jardín.