Un jardín es un espacio donde
vivir de otra manera. Más allá de la variedad botánica
que lo conforma, de su diseño y ubicación, aparece
un nuevo mundo donde entrar; un lugar lleno de olores, colores,
raíces y ramas, musgos y rocas para nuestro propio disfrute.
Espacios mansos y tranquilos donde encontrarnos con lo que verdaderamente
somos, en un viaje a lo más íntimo de nosotros mismos.
Este libro está lleno de estas incursiones viajeras dentro
de un jardín cerrado que se constituye como el refugio
de la poeta mediante un diálogo amoroso de naturaleza contemplativa
con las plantas que cultiva, con cuyo crecimiento se sorprende
y disfruta, se conmueve y avanza en cada espiral, en el movimiento
de cada hoja, en el tierno matiz de las yemas, en lo efímero
y perfumado de cada flor.
María Ángeles Álvarez conversa con el jardín
que a sus pies se abre cada día y que aparece reflejado
también en las acuarelas que enriquecen la lectura de este
poemario, sumando las imágenes a los versos.
Palabras poéticas de naturaleza mística llenas de
energía y verdad, como las plantas que crecen libres y
radiantes. Palabras que trascienden lo contemplado llevando el
lenguaje a un silencio de naturaleza espiritual, en una expresión
lírica contenida y esencial.
Además este libro viene acompañado por un audiolibro
con el que podemos oír a la autora recitar sus propios
versos; entrando con ella en el jardín, en el invernadero...
Momentos de sosiego, naturaleza y poesía.
1 2
A veces cuando miras no los ves,
desde arriba lanzan sus mensajes
musicales y húmedos.
Tiran escaleras plegables
por donde puedes subir
con ellos.
El azul vive arriba
y es más radiante
sobre el petricor.
Las ondas y los trinos
construyen aquí
suites llenas de músicas bailables,
escenario de momentos ya inolvidables, courage, menuete, air.
Cantos que a veces se mueven
entre las ramas podadas.
Rajas de flores y hojas
que sueñan con dormir un invierno
con todo su canto por dentro,
rememorando estos días de verano
que van pasando
que van cayendo, así amor,
entre vientos rancheados
y luz evanescente.
Bailando entre nubes
con trinos sonando así
entre nosotros.
3 0
Dice mi jardín
que con los años aumenta el amor,
y a sus palabras me pego
como una hoja recién nacida del helecho platycerium.
Ligo mi instante así,
a una superficie redonda
que resbalando
parece que como bola de verdor
llegará muy lejos.
Colonizar el aire con las hojas
que en antenas van moviéndose
en un aire cargado de ti.
Quisiera rodar,
ir por el aire deambulando,
dirigida solo por tu palabra.
María Ángeles Álvarez
Poeta abulense, arqueóloga y prehistoriadora,
florista y jardinera, escritora, acuarelista y citarista.
Descubrió y excavó el Dolmen del Prado de las Cruces,
(Bernuy Salinero) Ávila.
Escritora en temas de arte floral y espiritualidad, 31 meditaciones
con flores sobre los textos de Teresa de Jesús
(2012) y Un Castillo lleno de flores (2015) basado
en el libro de Las Moradas o el Castillo interior, de Santa Teresa
de Jesús.
Dirige la Casa de la Poesía Juan de la Cruz de la Universidad
de la Mística.