Entrevista a Javier Villacieros Machimbarrena

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Entrevista a Javier Villacieros Machimbarrena
En España se lee poco si nos comparamos con nuestros socios europeos, que poseen una historia menor a la nuestra.
Javier Villacieros Machimbarrena

——¿Qué va a encontrar el lector dentro de este sugerente título de “Los rascacielos tienen memoria”?
—El relato de unos acontecimientos políticos importantes de aquellos años con interés e impacto internacionales algunos de ellos todavía de cierta actualidad como la implantación de la Dictadura cubana, la Guerra Fria y el relevo en la Presidencia de los Estados Unidos con la llegada de sangre nueva a la Administración americana que simbolizó el malogrado Presidente Kennedy.

—El libro es, también, un homenaje a la ciudad, pero sobre todo a los personajes que transita con usted por la política internacional y cultural: Chillida, Tapies, Presilla, Jaime Pinés, Germán Baraibar, Lequerica, etc. y un centenar de personalidades interesantes.
—En cierta forma creo que sí si bien Nueva York es hoy una urbe conocida por muchos españoles que en aquellos años no era más que un anhelo no facil de satisfacer sobre todo por razones económicas. Pero el celuloide la convirtió en un talismán para la curiosidad para una buena parte de la Humanidad que maravillaba al viajero al llegar a ella.
En cuanto a las personalidades de tan diversa actividad que usted menciona he procurado hacer un somero perfil de las mismas algunas desconocidas hoy por la mayoría de nuestro país que desgraciadamente se interesa poco o casi nada por nuestro pasado.

—La colección “La valija diplomática” saca su número 45. Es esto un gran acontecimiento para la cultura. Además han cambiado de editorial, diseño y directores. ¿Es una nueva forma de encarar el presente, de adaptarse a los tiempos?
—El relevo en la Directiva de la Colección después de una valiosa trayectoria de más de quince en el mundo cultural no significa a mi entender un cambio sustancial en los fines de la Colección aunque lo pueda ser en la forma o en la incorporación de nuevas ideas o propósitos editoriales por nuevos responsables más jóvenes pero manteniendo el principio de la contribución de primera mano de los diplomáticos españoles a la Cultura de nuestro país principalmente en su vertiente del conocimiento de los hehos relevantes internacionales y de sus protagonistas.

—¿Ha encontrado muy cambiado Nueva York en sus viajes posteriores a ese de 1957?
—Aunque desde entonces por razones profesionales sobre todo, volví a Nueva York varias veces hace ya algunos años y dada mi edad no he vuelto por allí. Siempre volví con gran satisfacción al poder revivir y recorrer lod hechos y lugares que que tanta felicidad me aportaron. Y aunque sbre todo por edad no he vuelto en los últimos años, siempre me ha parecido la gran urbe que cambia regularmente de piel y allí donde uno recordaba una vivencia el edificio ha desaparecido cambiando el paisaje. Y creo que el fenómeno continuará de forma que si en los últimos cien años se ha rehabilitado su parte Este, hoy la más rica y elegante, no me extrañará que de forma semejante ocurra con su parte Oeste antaño la más próspera y envidiable y posteriormente hasta nuestros días un buena parte de la misma se degradó. Fuen en buena parte resultado de una enorme operación inmobiliaria llevada a cabo por grandes financieros cuyos nombres campean por doquier.

—¿Cómo recuerda a Don Juan de Borbón?
— Como un gran hombre y gran patriota que sacrificó buena parte de su vida velando por la Institución que por derechos históricos encarnaba hasta el punto que tuvo el arrojo y señorío de renunciar a esos derechos en favor de su hijo el Rey don Juan Carlos I por los problemas políticos con el general Franco.
Era además de una sencillez y simpatía arrolladoras que atraían de inmediato al que no le conocía fuese de la condición que fuese El propio Presidente del Gobierno, el socialista don Felipe Gonzalez hizo aprobar un Decreto-Ley con motivo de su fallecimiento confiriendole los homores de Rey de España.

—¿La vida del diplomático ha cambiado mucho desde que usted ingresó en el cuerpo?
—Llevo casi veinte años jubilado pero es lógico que muchas cosas han tenido que cambiar como toda actividad humana. Pero espero que lo principal no haya cambiado: el orgullo por la profesión y la entrega al servicio de los intereses de España. Lo demás me parecerá circuntancial.

—¿Cómo ve la vida cultural española actualmente?
Aunque ha crecido creo que hay mucho todavía por hacer sobre todo en la lectura e investigación. En España se lee poco si nos comparamos con nuestros socios europeos, que poseen una historia menor a la nuestra.

Puedes leer a Javier Villacieros Machimbarrena Cabrera en :

Coleccción LA VALIJA DIPLOMÁTICA, Nº 45
176 páginas • I.S.B.N: 978-84-944752-9-0 • 12,50 €

Los rascacielos tienen memoria refleja la experiencia del autor durante los cinco años (desde 1957 a 1962) que estuvo destinado en Nueva York en el Consulado... <<Más>>

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