Coleccción Nebulosa, nº6
I.S.B.N: 978-84-18997-76-1
374 páginas • 17€

<<LIBRERÍA LUCES>>
<<LA CASA DEL LIBRO>
<<LA CENTRAL>>

Queridos admiradores, he aquí otro desnudo integral, tanto físico como emocional, acompañado de multitud de fragmentos de cuerpos que me han inspirado a lo ancho de estas tres últimas décadas no sólo por lo que parecen sino sobre todo por lo que son en sí. La Belleza en su estado puro observada, meditada, disfrutada, fotografiada, dibujada, transformada, reinterpretada, reposada y guardada en una carpeta a la que hace mucho tiempo denominé Marsupio. Estos bocetos han sido y son la gran fuente de inspiración de una gran parte de mis intervenciones artísticas, de ellos han surgido centenares de dibujos, pinturas, cuentos y poemas. Concretamente Marsupio contiene las bellezas esenciales y epidérmicas originales de las que nunca me he desprendido. Estas crías tienen vida propia, pero creo que necesitan aún del saco marsupial para poder madurar o tal vez, sencillamente, yo las necesito a ellas. Disfruten del recorrido sin esperar algo escrito, que no sólo se lee en las palabras sino en los cuerpos que nos sugieren belleza porque ya la contienen y no pueden dejar de desprender pura poesía.
Poco a poco, con calma, para nutrir al alma de la mejor expresión humana.
Julio Santiago

Miajadas (Cáceres), 1975.
Es un ser insaciable en la búsqueda continua de la belleza en su estado más puro, tanto por su continente como por su contenido. En Marsupio nos demuestra una vez más que la poesía es el género de todos los géneros, el arte de todas las artes. «No hace falta escribir la palabra para que exista la poesía, la belleza ya estaba aquí», nos dice él. Y así nos lo ofrece ahora con una selección de dibujos, realizados a lo largo de estos últimos treinta años, que le han servido para crear numerosos poemas, cuentos y acrílicos. Estos dibujos son la esencia primaria del rico y diverso campo creativo del autor. Su amigo Antonio Gala decía de él: «Julio ha nacido para ser absolutamente libre y así lo demuestra en cada trazo».
(Mª Paz de Braganza)

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